jueves, 10 de noviembre de 2011

ENSEÑANZA DE LA MATEMÁTICA ATRAVÉS DE SITUACIONES PROBLEMÁTICAS



SIEMPRE SE UTILIZARON PROBLEMAS, ¿QUÉ HAY DE NUEVO AHORA?

De manera general, todos admitimos que la resolución de problemas ocupa un lugar importante en matemática. Sin embargo, esta expresión remite a diversos significados, muchas veces contradictorios, como lo son las distintas posiciones didácticas que los sostienen.

Es frecuente que los problemas se planteen a los alumnos solo después de que el docente haya presentado las nociones matemáticas que se aplicarán. Es como si el docente se formulara implícitamente, sin explicar antes la noción o el contenido que ese problema ejemplifica, ¿cómo van a resolverlo? A este interrogante subyacente el supuesto de que, sin explicación previa por parte del docente, los alumnos no podrán resolver.

Consideremos, en cambio, que las situacionesproblemáticas, en ciertas condiciones de producción, constituyen un punto de partida.

Se trata entonces de plantear a los alumnos problemas que aún nadie enseño a resolver, pero para los cuales el docente sabe que los alumnos disponen de conocimientos que les permiten buscar alguna solución, aunque por supuesto inicialmente no sea una de las más adaptadas para esos problemas, esto se sostiene con la convicción de que es el medio fundamental para adquirir los saberes que la escuela debe transmitir. Por supuesto, es necesario plantar problemas en diferentes momentos del aprendizaje, con distintos objetivos: elaborar nuevos conocimientos, estabilizar conocimientos recientemente aprendidos, practicar o, extender lo aprendido a nuevos problemas.

Esta propuesta está en relación con la idea de un trabajo autónomo por parte del alumno.

Tampoco la resolución autónoma es suficiente para aprender, es necesario para aprender, es necesario que reflexionen acerca de lo realizado y sobre los procedimientos empleados, que discutan sobre los caminos seguidos y sobre la manera de registrarlos.

Cuando se intenta que los alumnos resuelvan un problema cuya respuesta ignoran, cuando se los propone buscar por si mismos una solución al problema por sí mismos una solución al problema planteado, los alumnos construyen conocimiento que le permiten adaptarse a la situación y resolver el problema. Estos conocimientos no son estrictamente saberes, el conocimiento es una construcción personal, mientras que el saber es una elaboración cultural y es propio del saber explícito.

Aprender matemática implica entonces, por un lado, resolver problemas porque brinda a los alumnos oportunidades de producir conocimiento de desplegar procedimiento que conlleva conceptualizaciones propias. Pero, también, implica confrontar dichas conocimientos con los pares, comprender las resoluciones de sus compañeros, debatir con ellos, analizar una producción en relación con otra argumentación e intentar validad o cuestionar las razones por las que se consiguió determinado camino. La clase se convierte en un ámbito de resolución de problemas y discusión de ideas.

Recomendados:

Vergnaud, Gérard: El niño, las matemáticas y la realidad. Méjico, trillas, 1991.

jueves, 3 de noviembre de 2011

UNA PERSPECTIVA DIDACTICA

IDEAS CENTRALES PARA LA ENSEÑANZA DE LA MATEMÁTICA

Las preguntas relacionadas con el enfoque desde el cual nos posicionamos para pensar acerca de la enseñanza de contenidos matemáticos nos remiten a trabajos del campo de la didáctica de la matemática que constituyen la fuente principal en la cual se fundamenta la propuesta. Como la teoría de situaciones didácticas de Guy Brousseau; la teoría de la transposición didáctica de Yves Chevallard; la teoría de los campos conceptuales de Gérad Vergnaud, entre otras.

Asumiendo que es imposible sintetizar un cuerpo teórico en pocas palabras, nos referimos  a una de las cuestiones centrales que permite caracterizar e inspira el enfoque que se propone. Guy Brousseau ha insistido una y otra vez en el carácter modélico de su formulación. Su teoría no se propone como una descripción de la enseñanza "ideal", ni tiene una conexión inmediata con hechos "reales" de la clase, aunque si constituye una herramienta para conocer, explicar y ofrecer elementos para intervenir en la realidad de las clases de matemática (sadosky). Nos referimos a su perspectiva constructivista e interaccionista, basada en la epistemología genética de JeanPiaget.

Hablar de constructivismo e interaccionismo para enfocar la enseñanza matemática plantea cuestiones bien diferentes de las viejas conocidas aplicaciones de la psicología en el aula (Lerner, D.). Supone una concepción de aprendizaje de la matemática y de su enseñanza.

Se trata de generar en el aula una actividad de producción de conocimiento que en algún sentido guarde analogía con el quehacer matemático. Esto supone que el alumno se apropie de los saberes. Es decir, se busca desarrollar en las aulas una actividad de producción matemática que permita a los alumnos reconstruir los conocimientos. "No se trata de hacer que los alumnos reinventen la matemática que ya existe sino de comprometernos en un proceso de producción matemática donde la actividad que ellos desarrollen tenga el mismo sentido que el de los matemáticos que forjaron los conceptos matemáticos nuevos"(Bkouche, R., Charlot, B. y Rouche, N.)

Unos de los desafíos de la enseñanza consisten entonces en articular la intención didáctica propia de la escuela con la consideración del alumno como productor de conocimiento, para poder lograr verdaderos aprendizajes y no solo aplicaciones de técnicas que alguna vez se identificaron como saber.

Esta perspectiva se centra en estudiar características de situaciones para la enseñanza que desafíen los conocimientos de los alumnos, que les permitan pensar, ensayar, explorar, poner en juego lo que saben, interactuar con otros, explicar discutir, argumentar, preguntar, plantear nuevos problemas, en definitiva: producir conocimiento. Todo esto no ocurre espontáneamente ni bajo cualquier modalidad de enseñanza.

Un proyecto de enseñanza que tome bajo su responsabilidad reconstruir un proceso de producción, y que no lo solo comunique los resultados. No se trata de maneras diferentes de presentar el objeto de conocimiento, sino objetivos diferentes. Cambia la matemática que se enseña y se aprende; cambia también, en consecuencia, el sentido que se le atribuye a su enseñanza.

EL DESAFÍO DE ENSEÑAR MATEMÁTICA HOY



¿Cómo hallar fundamento para el optimismo cuando la realidad produce desasosiego? Jóvenes acusados de no saber nada, docentes insatisfechos y cansados de renegar con adolescentes que parecen despreciar lo que ellos tienen que ofrecerles, asimetrías  en las posibilidades de aprovechamiento de recursos que circulan, actores de la escuela que cultivan la cultura del facilismo.

En esta situación adversa y diversa en la que hoy vivimos y actuamos, hay experiencia acumulada que nos permite crear algunas condiciones que nos da la posibilidad de pensar en jugar otro juego adentro de la escuela. Que son creadas por docentes que creen en lo que hacen, apoyándose algunos de ellos en el paradigma cognitivo. Esto nos da optimismo y debemos hablar de esas condiciones con quienes se están formando para ser profesores y con profesores descontentos con situaciones que les toca vivir. Porque se habilita de este modo una discusión sobre el sentido del conocimiento matemático en este caso.

El sentido que tenía la matemática en la escuela secundaria antes estaba muy basada en la comunicación de mecanismos aislados que algún día irían a ser útiles para abordar problemas en serio, basados en un paradigma conductista,  ya no sostiene a los docentes y a los alumnos en la acción de enseñar y aprender. Hay que establecer un sentido, hay que construirlo. No se trata de recuperar lo que era antes. Esto que era antes no convoca, no satisface, no gratifica, ni a docentes ni a los alumnos.

La escuela puede ser un ámbito en el que los alumnos aprendan a disfrutar de la cultura. Sabemos que en muchos casos hay una distancias entre estas expectativas y las experiencias educativas que tienen los jóvenes examinar esta distancia requiere hablar del sentido.

El trabajo de muchos docentes tiene hoy el signo de la frustración. Los profesores se sienten tironeando  a los alumnos adonde ellos no parecen querer ir. Lograr un modo de trabajo más satisfactorio, más placenteros, es hablar del sentido.

Es necesario entonces la necesidad de pensar en los  fundamentos del trabajo de enseñar matemática hoy, de que se encuentre un sentido más propio, una convicción que valga la pena defender. La didáctica, no puede ignorar el contexto social y político (paradigma histórico-social). Repensar la escuela es también un proyecto de los docentes y es, esencialmente, un proyecto didáctico.

Revisar la matemática que vive en la escuela, interrogarla, analizarla, es imprescindible para concebir otros escenarios. Contribuir a esa reflexión es uno de los propósitos que nos convoca.
NOTA: LA PRESENTE RESEÑA SE BASA EN VALIOSOS CONCEPTOS DICHOS POR PATRICIA SADOVSKY